Sucesión
La fase final del ciclo de vida útil de una empresa es cuando un dueño decide cerrar, vender o incorporar a un sucesor para que se haga cargo de la compañía.
Los dueños pueden decidir seguir adelante por una variedad de razones. Podrías querer intentar algo nuevo, tu empresa podría estar en declive o podrías estar atravesando circunstancias personales o de salud. O bien, a tu empresa podría estar yéndole muy bien y crees que podrías obtener un buen precio para, después, jubilarte.
En el caso de los dueños de pequeñas empresas, un sucesor es, a menudo, un pariente, amigo o empleado actual que desea hacerse cargo y operar la empresa. Sin embargo, también podrías vendérsela a alguien que aún no conoces.
Puedes querer vender toda la empresa a la persona o retener la propiedad parcial y recibir ingresos de las ganancias de la empresa aun cuando ya no estés involucrado en las operaciones diarias. Algunos dueños de empresa convienen en seguir y en ayudar a capacitar al nuevo dueño durante la transición.
El proceso de venta puede variar, dependiendo del tipo de empresa y de la ubicación; aunque, a menudo, implica varios pasos:
- Determinar el valor de la compañía. Evalúa el valor del negocio basado en tus activos y ventas. Una pequeña empresa puede valer varias veces sus ventas anuales; sin embargo, el valor puede variar dependiendo de aspectos específicos de la situación. Puedes contratar a un profesional o compañía para que te ayude a determinar el valor de la compañía si no estás seguro. Busca a alguien con experiencia en la evaluación de empresas similares que pueda guiarte en la valuación. Si determinas el valor por tu cuenta, analiza algunos de los pasos del proceso que deberás completar.
- Preparar tus documentos financieros. Los potenciales compradores querrán revisar los registros, declaraciones financieras y declaraciones de impuestos de tu empresa para comprender mejor la situación financiera y el historial de ventas. Asegúrate de que toda la documentación esté a disposición y sea exacta.
- Buscar potenciales compradores. Tienes que listar a tu empresa para venta en línea o en publicaciones locales. También podrías trabajar con un agente de negocios, un profesional que puede poner en contacto a los potenciales vendedores con los potenciales compradores a cambio de una reducción en el precio de venta.
- Poner en orden el financiamiento. Muchos compradores de empresas necesitarán sacar un préstamo para adquirir tu empresa. Tal vez también tengas que prestarle dinero al comprador permitiéndole que te pague parte del precio de venta, más los intereses, en el tiempo. El financiamiento del vendedor enlace a Financiamiento puede ser importante porque le demuestra al vendedor, y a los demás prestamistas, que crees en el futuro de tu empresa.
- Negociar las condiciones de venta. Al igual que con muchas transacciones, espera que el comprador negocie el precio de venta y las condiciones del acuerdo. Tal vez quieras contratar a un profesional especializado en el manejo de ventas de pequeñas empresas, incluso un contador o abogado, para que revise todo antes de la venta definitiva.
- Cerrar el trato. Una vez alcanzado un acuerdo, es hora de hacer oficial la venta firmando los contratos legales que ceden el control y la propiedad al comprador. Dichos contratos pueden ser difíciles de redactar y comprender, y tu abogado debería participar de este paso final.
Si no puedes hallar un vendedor u obtener suficiente dinero para tu empresa, tal vez quieras transferirla sin cargo a un pariente, amigo o empleado. Podrías seguir reteniendo la propiedad parcial y recibir ingresos de la empresa.
O bien, si la empresa ya está en declive y crees que no sobrevivirá por mucho tiempo, probablemente quieras cerrar sus puertas permanentemente en lugar de venderla o transferirla.
El cierre de una empresa puede ser un proceso directo si no tiene muchas deudas. Puedes vender los activos de la empresa, dar por terminados contratos y presentar documentación ante el gobierno de tu estado para disolver tu entidad de negocios (si creaste una). Si no disuelves oficialmente la empresa, probablemente tengas que seguir pagando gastos administrativos o impuestos estatales.
Si no puedes hacerle frente a la deuda de la empresa, tal vez quieras intentar negociar con los acreedores el pago en el tiempo o liquidar la empresa por un valor menor. La bancarrota conceptos básicos financieros/deuda también puede ser una opción, dependiendo del monto de la deuda y de tu situación financiera personal y de la empresa.